Un alegato contra los extremismos, integrismos, los radicalismos en cualquier ámbito de la vida. Los manuales son una guía, un modelo, una forma de hacer las cosas pero en la vida, en las religiones, en la cultura, en la forma de construirnos a nosotros mismos, no hay modelos absolutos, ni reglas infranqueables, hay referentes y nosotros somos los diseñadores de la vida que viviremos.
Cuando era pequeño, mis padres empezaron a llevarme a unas clases semanales.Al principio no entendía lo que el profesor estaba diciendo.Era muy joven.Pero pronto vi que leía un manual de instrucciones.
Te decía como organizar tus cosas.
Vi a mamá y papá organizar sus cosas de esa forma. Parecía que yo también debía hacerlo. Mamá y papá estaban encantados conforme aprendía las instrucciones sobre como construir una estantería. Llevábamos nuestras estanterías a todas partes para que todos las vieran. Pero alguna gente era más reservada. Como mi mejor amigo, Sanjay. Pero un dia... Estuve por primera vez en casa de Sanjay. Pero espera un momento...
"Mamá! Papá! Acabo de ir a casa de Sanjay!"
Mama: Eso está bien cariño.
"Los cajones de la estantería están en sitios diferentes!"
Mama: Cariño, la familia de Sanjay... no utiliza el manual correcto.
Sanjay: No utilizamos el manual correcto?!?
No sabía porque Sanjay estaba tan enfadado. Solo intentaba ayudarle.
"Mira, ¿porque no prestas mi manual? Así verás lo que has hecho mal."
Pero no quería escuchar. Y pronto dejamos de ser amigos. Un día después de ir a clase, fuimos a casa del tio George, el hermano de papá.Ensoñando, pasé por al lado de la puerta del baño. ¿Tres cajones? ¡incluso el de Sanjay tenía dos!
"Porqué el tio George tiene un cajón índigo."
Padre: No tiene.
"Pero..."
Padre: ¡NO TIENE!
No entendí porque, pero vi que estaban avergonzados por aquel cajón del tío George. Así que yo también me avergoncé de él.
Tío George: ¡Ey! ¿te vienes a jugar un poco de fútbol?
"No, gracias."
Pero seguí pensando en aquel cajón índigo. Me pregunté que ponía en el manual de instrucciones acerca de él.
"¡Papá!¡Papá! ¡Hay más cajones en el manual de instrucciones!"
Padre: ¿Que?
"Nuestras estanterías deberían tener más cajones, ¡mira! Por esa razón hay tanto espacio..."
Padre: ¡Está bien tal y como está!
Te decía como organizar tus cosas.
Vi a mamá y papá organizar sus cosas de esa forma. Parecía que yo también debía hacerlo. Mamá y papá estaban encantados conforme aprendía las instrucciones sobre como construir una estantería. Llevábamos nuestras estanterías a todas partes para que todos las vieran. Pero alguna gente era más reservada. Como mi mejor amigo, Sanjay. Pero un dia... Estuve por primera vez en casa de Sanjay. Pero espera un momento...
"Mamá! Papá! Acabo de ir a casa de Sanjay!"
Mama: Eso está bien cariño.
"Los cajones de la estantería están en sitios diferentes!"
Mama: Cariño, la familia de Sanjay... no utiliza el manual correcto.
Sanjay: No utilizamos el manual correcto?!?
No sabía porque Sanjay estaba tan enfadado. Solo intentaba ayudarle.
"Mira, ¿porque no prestas mi manual? Así verás lo que has hecho mal."
Pero no quería escuchar. Y pronto dejamos de ser amigos. Un día después de ir a clase, fuimos a casa del tio George, el hermano de papá.Ensoñando, pasé por al lado de la puerta del baño. ¿Tres cajones? ¡incluso el de Sanjay tenía dos!
"Porqué el tio George tiene un cajón índigo."
Padre: No tiene.
"Pero..."
Padre: ¡NO TIENE!
No entendí porque, pero vi que estaban avergonzados por aquel cajón del tío George. Así que yo también me avergoncé de él.
Tío George: ¡Ey! ¿te vienes a jugar un poco de fútbol?
"No, gracias."
Pero seguí pensando en aquel cajón índigo. Me pregunté que ponía en el manual de instrucciones acerca de él.
"¡Papá!¡Papá! ¡Hay más cajones en el manual de instrucciones!"
Padre: ¿Que?
"Nuestras estanterías deberían tener más cajones, ¡mira! Por esa razón hay tanto espacio..."
Padre: ¡Está bien tal y como está!
"Pero el manual de instrucciones dice..."
Padre: ¡No discutas!
Pero seguí leyendo. ¡Y construyendo! Pero cuando terminé, había algo raro. No podía estar en equilibrio, y lo tenía que apoyar con libros. Y aquel cajón índigo no estaba mal. Debía de ser una equivocación. Pero no, esto era exactamente lo que el manual decía.
"Ejem..., Esta es el estantería completa."
Madre: ¡No seas ridículo!
Padre: ¡Lo leiste mal!
"¡No, lo comprobé!"
Madre: ¡No discutas!
Padre: ¡Y llevate esa monstruosidad de aquí!
Estaba claro, ¡¡¡ellos no tenían ni idea!!! Pensé en las amistades que arruiné, ¡que tonto he sido! Me sentí traicionado y engañado. Me sentí solo y atrapado en una mentira gigantesca. Sabía que tenía que cuidar de mi mismo.
Padre: ¿¡Que es eso!?
"Esta es mi nueva estantería."
Padre: ¡No me gusta!
Pensé que pronto se acostumbrarían...
Padre: ¡No más PC!
Madre: ¡No más TV!
Padre: ¡No más bici!
Era como si estuvieran poseídos. Castigo por mi inofensiva estantería. Solía ir de paseo a encontrar un poco de paz. No siempre funcionaba...
Chica1: Creo que tu estantería está mal... He dicho que está mal.
"Ya lo he oido"
Chica1: ¡Pues ves a construir una correcta estúpido!
Chica2: ¡O te quemarás para siempre!
¡Entonces entendí el maltrato de mis padres! No se hacían los poderosos sino que estaban aterrorizados. Aterrorizados de la competencia, de la diferencia, del cambio. Y sentí una ola de tristeza por ellos. De vuelta a casa, su maltrato ya no parecía afectarme.
"Os quiero."
Al no reaccionar como una victima, las chispas empezaron a salir. Pasados los años mis padres empezaron a abrirse un poco, como puertas viejas. Pero siempre peleándose con la diferencia. Que pena que no podían celebrarlo, cuando hay tantas cosas allí fuera. Me enseñaron a vivir mi vida a través de un libro y aprendí a poner los libros en su lugar.
Manual de instrucciones para la vida.
Padre: ¡No discutas!
Pero seguí leyendo. ¡Y construyendo! Pero cuando terminé, había algo raro. No podía estar en equilibrio, y lo tenía que apoyar con libros. Y aquel cajón índigo no estaba mal. Debía de ser una equivocación. Pero no, esto era exactamente lo que el manual decía.
"Ejem..., Esta es el estantería completa."
Madre: ¡No seas ridículo!
Padre: ¡Lo leiste mal!
"¡No, lo comprobé!"
Madre: ¡No discutas!
Padre: ¡Y llevate esa monstruosidad de aquí!
Estaba claro, ¡¡¡ellos no tenían ni idea!!! Pensé en las amistades que arruiné, ¡que tonto he sido! Me sentí traicionado y engañado. Me sentí solo y atrapado en una mentira gigantesca. Sabía que tenía que cuidar de mi mismo.
Padre: ¿¡Que es eso!?
"Esta es mi nueva estantería."
Padre: ¡No me gusta!
Pensé que pronto se acostumbrarían...
Padre: ¡No más PC!
Madre: ¡No más TV!
Padre: ¡No más bici!
Era como si estuvieran poseídos. Castigo por mi inofensiva estantería. Solía ir de paseo a encontrar un poco de paz. No siempre funcionaba...
Chica1: Creo que tu estantería está mal... He dicho que está mal.
"Ya lo he oido"
Chica1: ¡Pues ves a construir una correcta estúpido!
Chica2: ¡O te quemarás para siempre!
¡Entonces entendí el maltrato de mis padres! No se hacían los poderosos sino que estaban aterrorizados. Aterrorizados de la competencia, de la diferencia, del cambio. Y sentí una ola de tristeza por ellos. De vuelta a casa, su maltrato ya no parecía afectarme.
"Os quiero."
Al no reaccionar como una victima, las chispas empezaron a salir. Pasados los años mis padres empezaron a abrirse un poco, como puertas viejas. Pero siempre peleándose con la diferencia. Que pena que no podían celebrarlo, cuando hay tantas cosas allí fuera. Me enseñaron a vivir mi vida a través de un libro y aprendí a poner los libros en su lugar.
Manual de instrucciones para la vida.